15 de febrero de 2013

¡Gengis puede! ¿Por qué no puedes tú?



Este es Gengis. Un tipo duro que se mete en todo.

A veces uno se pregunta qué hay en su mente… La respuesta, por supuesto, es nada de nada. Como todos los animales, él responde a lo que es natural sin pensar sobre ello. Su naturaleza sabia le mantiene a salvo del daño… Así es como debe ser.

Está donde deberíamos estar nosotros. Como Linji afirmó:

“Este es el reino de la auténtica realidad, donde olvidas lo que hay en tu mente y paras de buscar. En un campo salvaje, no eligiendo, tomando lo que viene a tu mano, el significado obvio del Chan es claro en los cientos de briznas de hierba.

De hecho el bambú verde, un ramo de flores amarillas, vallas, muros, tejas y rocas ofrecen las enseñanzas de lo inanimado; ríos, pájaros, árboles y bosques exponen el conflicto, la vacuidad y ausencia del yo.”

Si tu mente puede rechazar palabras y conceptos y alcanzar las experiencias, entonces serás como Gengis. El bambú verde, un ramo de flores amarillas, vallas, muros, tejas y rocas son lo que son, nada más. Todo interactúa y Gengis es simplemente una parte de esa interacción completa.

¿Por qué no?

Cuando ve nuestro bambú verde, reacciona de manera natural a ese bambú como debe un Sharpei. Un ramo de flores amarillas puede comerlo o ignorarlo. Vallas, muros, tejas y rocas están ahí para reaccionar a ellas, así que puede saltarlas, morderlas o jugar de muchas maneras, incluso sencillamente desplazando lo que pueda moverse a otro lugar.


También nosotros tenemos esa capacidad de espontaneidad natural, pero este mundo consumista nos ha forzado a apartarla… No usamos nuestras palabras y conceptos como herramientas sino como maestros guiados por la Identidad.

La idea Chan de sentarse al estar sentados… de caminar al estar caminando… Pero nos sentamos y pensamos, y caminamos y pensamos… ¿Hay algo que hagamos o que vayamos a hacer que no haya pasado por la inspección del pensamiento?

Hay pocos que conocen el secreto de la fuerza de la vida en el bambú verde o en las flores amarillas. Hay pocos que pueden ver una valla y dejarla estar simplemente ahí.

Es natural para un niño jugar con barro, sentarse en un charco, lanzar una piedra o rechazar al adulto que invade su mundo que no puede soportar… Pero tenemos otras ideas para ese niño… Pinta sus árboles en papel de una manera que no comprendemos… así que tenemos que cambiar su expresión en lo que nosotros, en nuestras mentes cerradas, vemos como un árbol.

Nuestros padres nos lavaron el cerebro, igual que nosotros lavamos el cerebro a nuestros hijos… Gengis es libre… Rechazamos esa libertad por una moneda de plata… ¿Quién es Judas?

Gracias, Gengis.


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