7 de febrero de 2013

Los Perros del Templo en marcha




Tras una larga lucha contra las bacterias invasoras, ya estoy fuera de la cama y dispuesto a confrontar este mundo manchado y corrupto una vez más.

Una de las cosas que realmente me desconcierta es por qué hay tan poco interés acerca de la destrucción de la naturaleza… Encuentro páginas web sobre diferentes temas con lectores por miles. En cambio yo cuento con una docena y gracias… La mayoría de lectores son egocéntricos y supongo que eso agrada a más gente egocéntrica.

Así pues ¿hacia dónde me dirijo? Voy a hablar simplemente de los “perros del templo”. Se trata de Nantú, Gloria, Dunkel (que no va a durar mucho), Lucky Blue, Gengis, Coco y Chocolate.

Sin duda va a ser muy divertido para mí. Para otros no estoy seguro.

Nantú significa “Barón superior”, nació en Finlandia y ahora tiene 6 años de edad. En la foto aparece con su hijo mayor Lucky Blue.



La cuestión es ¿qué podemos aprender de Nantú? Él está siendo exactamente lo que es, un Sharpei macho Alfa.

Marca las normas y pone a los otros machos en su sitio (Lucky Blue y Gengis, sus dos hijos).

Pero cualquier riña se olvida inmediatamente. Entonces vive su vida exactamente como un Sharpei, dentro de los límites que nosotros los humanos hemos puesto.

Esa quizás es la primera lección de nuestros Perros del Templo… Vivir el momento… pero sin Identidad. No morar en el ayer – ni en el futuro.

¿Cuántos pueden conseguirlo? Pues eso es Dao y Chan en el Buda Dharma. Tiene la inmensa fortuna de ser un Perro (al menos un Perro del Templo) pues hace lo que es natural y no piensa.

Ahora bien, lo que es una bendición no es que su sistema no actúe correctamente, sino que no piense involucrando un “yo y mío”.

Así que por hoy lo dejaré ahí y veré si alguien se interesa por continuar más profundo con esa idea.

Próximamente presentaré otras lecciones a aprender de nuestros Perros del Templo.

Per ardua ad astra. Por el infierno a las estrellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario