14 de abril de 2010

SEÑALAR CON EL DEDO


Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies? 





Igual sabemos (no muchos, es cierto) que el tigre siberiano, el rinoceronte negro, el águila filipina y el leopardo amur asiático probablemente se extingan dentro de dos o tres décadas. A lo mejor estamos al tanto de la población decreciente del lince ibérico.

Pero a la mayoría en realidad no les importa... ¿Qué es un lince, después de todo, aparte de un gato salvaje grande? ¿Para qué sirve? No vale como mascota. No te lo puedes comer. No los puedes vender y son un incordio monumental.

¿Cuál es tu posición? 

Incluso si apuntas en dirección correcta, es probable que tu cabeza esté mirando hacia otro lado.
No podrías saber que, según un informe de las Naciones Unidas sobre el estado del medio ambiente global, el mundo perderá a una cuarta parte de sus mamíferos dentro de 30 años.

¿Por qué? 

Por la destrucción de hábitats y la introducción de especies ajenas desde una parte del mundo a otra. En otras palabras, la culpa es del ser humano.

¿De verdad merece que se le eche la culpa? ¿Se le debe culpar de que más de 11.000 especies de fauna y flora estén en peligro de extinción?

Los asentamientos humanos en regiones vírgenes, la destrucción de junglas y humedales y la extensión de la industria han tenido un impacto dramático sobre la supervivencia animal. Y se espera que su tasa de crecimiento aumente en vez de disminuir. A medida que aumenta la población humana, disminuirán las vidas de todas las demás especies. Es bastante coincidencia, ¿no?


Los representantes de la industria y los diversos expertos gubernamentales afirman que las cosas no están tan mal como las presentamos. Me pregunto si esos informes mantendrían su optimismo si algunos alienígenas espaciales decidieran cazar al ser humano porque está sobrepoblando la tierra.


Las junglas no están muy allá. Ya tiempo atrás, en 2003, la población de leones había caído un 90%. ¿Te puedes imaginar tu ciudad, pueblo o aldea diezmado en un 90%? Pero no hay que preocuparse en realidad... Es la supervivencia del más fuerte. En realidad la mayoría no tiene ni idea. La población de perros salvajes ha caído hasta aproximadamente 4.000 ejemplares y ahora quedan menos de 15.000 guepardos.

Hace sólo veinte AÑOS había unos 200.000 leones en África... Hoy no hay más que 23.000.

Las balas y los venenos son baratos... igual que lo es la vida de cualquier animal no humano para la mayoría de la población humana. Todo el mundo lo está haciendo a su manera.

Si los gobiernos contabilizaran la pérdida en términos económicos, quizá las cosas cambiarían. Si el niño aprende en la escuela que es el jefe del planeta, las cosas seguirán igual... Pero en realidad no es cuestión de economía, razón o moralidad. Si no eres parte del mundo, estás contra él, y sólo puedes ser parte del mundo si llegas más allá de la inteligencia cognitiva, a las raíces por las cuales eres un verdadero ser humano.


Si pasamos de la tierra y el aire al agua, el estado es el mismo. ¿Te das cuenta, mientras te sientas a comer ese filete de pez espada, ese bocadillo de atún, o esa pescadilla, que el 90% de todos los grandes peces han desaparecido de los océanos del mundo en el último medio siglo? ¿Por qué? ¿Selección natural?... No... Es el resultado de la pesca industrial.

Díles “adiós” por tanto a los tiburones, peces espada y atunes, que pronto se extinguirán.

Eso, podríamos gritar, es la “supervivencia del más fuerte”.

 

 El matarife humano sobrevivirá. Se le da bien. Ha conseguido matar al mamut, a los tigres de diente de sable y a los mastodontes con picas y lanzas... Ahora, usa kilómetros y kilómetros de anzuelos con cebo para pescar en los océanos... y armas potentes con mirillas telescópicas y más instrumentos.

 

 

Es verdad que algunas especies con aplicaciones prácticas han visto una recuperación (por miedo a perder grandes mercados que mueven mucho dinero), como la serviola, las vieiras y el abadejo (al menos tu paquete de fish & chips no está en peligro por el momento).

No vas a obtener respuestas leyendo blogs o periódicos. No vas a encontrarlas en las universidades. No las vas a recibir de la televisión y menos aún de los gobiernos. De hecho, en esas instituciones y con esos medios te vas a alejar más y más de la verdad.

Eres sin duda el rey de la selva de hormigón...

En realidad no puedes conquistar a la naturaleza en sí misma... pero puedes extender el acero y cemento para que tu reino se haga más grande y con el tiempo no quede ningún animal para hacerte la competencia. Los conservarás en acuarios, zoos y museos.

En un futuro no muy lejano, si tienen suerte las generaciones futuras podrán visitar un museo y ver qué aspecto tiene un árbol. Por supuesto que no es culpa tuya. Siempre hay otro al que echarle la culpa. 


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